Diario La Ley, 4 de septiembre de 2002. Especial contaminación acústica. Por Joaquim Martí Martí.
Ante el convencimiento generalizado de que deben soportarse los abusos en la utilización de aparatos sonoros en bares musicales y discotecas y que el ciudadano debe admitir que es más importante el ocio y distracción que el derecho al uso de la vivienda en condiciones normales, intenta el autor demostrar lo erróneo de tal planteamiento analizando la normativa reguladora de la contaminación acústica y los distintos instrumentos jurídicos para afrontar las molestias sonoras.